El día después
30/05/2023
Muchas veces nos preguntamos ¿cómo se hace para salir adelante después de transitar una tormenta?
Uno no tiene la fórmula, ni mucho menos la solución de esto, simplemente hay que pasarlo. Dicen que el tiempo es el mejor aliado para “curar” heridas, yo confío que es así. Todo en esta vida, pasa por algo y si pasamos por algo feo, en algún momento nos llegará la recompensa. Esa recompensa merecedora después de haber “batallado” con esa tormenta, sufrir, llorar, que parece que te rendís pero de algún lugar sacas fuerzas y continuas….sacas esa guerrero/a de adentro.
Yo te entiendo si estas transitando por la cruda enfermedad del cáncer porque no es nada fácil, pero no debes bajar los brazos, en algún momento llegará tu recompensa. Yo en este momento, a casi un año de operada, sé que estoy muy cerca de obtenerla.
Después de la tormenta, uno procesa y valora cada segundo vivido con tus seres queridos porque pensemos que la vida nos da otra oportunidad para disfrutarla, valorarla y agradecer todo lo que tenemos para vivirla al máximo. Yo reconozco que la rutina de mí día a día me hizo perder o mejor dicho no valorar momentos vividos con mi hijo, familia, etc. y que no les tomé la importancia que hubiera querido. Ahora, en otra posición y perdonándome por eso, disfruto de cada segundo vivido y me llevo conmigo todo esos momentos y detalles que me llenan el alma.
Sin duda, he pasado por momentos de tristeza, angustia, que quisiera volver el tiempo atrás, donde todo parecía perfecto, sin enfermedad de por medio, pero ¿qué pasó que enfermé?. Es una pregunta que no tengo respuesta pero quizás puede ser: me hizo faltar PARAR en algún momento, poner en PAUSA y ESCUCHARME.
Es por todo esto, después de pasar por lo feo, el mensaje que me deja es que la vida te permite guiar hacia el camino de la gratitud. Vive tu vida como si fuera el último día, al máximo. Vas a ver que así se puede salir adelante, rodéate de gente que te quiere, que te sume, que te haga reír, que te cuide y mime, porque después de “batallar” uno queda frágil, cansado pero “remendando” la armadura para una próxima tormenta que te agarrará bien fortalecido.
Yo lo siento así y por eso me encuentro “remendando” mi armadura.